viernes, 16 de octubre de 2015

A una autopista de distancia



Por Rafael Olano (1º Bachillerato G)

A algunas personas, el paso de un colegio a un instituto suele ser  bastante complicado, como por ejemplo a mí:
Yo venía del colegio Santa Rosa de Lima MM Dominicas, en el que llevaba desde que tenía tres años, además ya tenía mi grupo de amigos formado, pero como todo lo bueno tuvo un final. Cuando acabé 4º de la E.S.O y me llegó la hora de tomar la decisión de que iba a hacer durante los dos siguientes cursos, se me presentaron tres opciones, que eran: hacer un ciclo de formación profesional, estudiar bachillerato en un colegio o estudiarlo en un instituto. Para bien o para mal, escogí estudiar bachiller en un instituto. Al cabo de unos días, rellené el formulario para pedir la plaza y casi al final del verano se me confirmó, que tenía plaza en el IES Viera y Clavijo, que daba la casualidad que se encontraba al otro lado de la autopista.
El primer día, el de la presentación, me di cuenta de que había bastante gente de mi antiguo colegio, algunos con los que ya me relacionaba y otros con los que casi ni hablaba.
Cuando inicié las clases, comencé a sentir que no estaba a gusto y empecé a pensar que quería dejar el instituto, aunque mis padres insistieron en que le diera otra oportunidad, aunque si soy sincero, sigue sin gustarme mucho, aunque con las actividades propuestas desde el instituto, puedo pasar algunos buenos ratos en los recreos.
Para acabar he de decir que aunque no me acabe de gustar, tengo que dejar eso atrás y conseguir seguir adelante.   


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