miércoles, 6 de febrero de 2019

El machismo en literatura juvenil II

Por Iris Paz García (1º Bachillerato F) y Tayanni Maillard (1º Bachillerato H)

Veamos ahora algunos ejemplos que justifican nuestra postura con la novela:

Desde alguna parte por detrás de mí en los pasillos, oigo la voz furiosa de Hardin, chillando:
_¡No vas a huir esta vez, Theresa!
Salgo y me encuentro atravesando el verde césped, a punto de llegar a la esquina del edificio, cuando me agarra del brazo y yo me suelto de un tirón.
_¿Por qué siempre me coges así? ¡Como vuelvas a agarrarme del brazo, te doy un tortazo!_ grito. Mis duras palabras me sorprenden, pero ya me he hartado de tanta tontería.
Me agarra del brazo de nuevo, pero no soy capaz de cumplir mi amenaza.


En esta parte de la novela vemos como este chico, amenaza a su novia para después agredirla físicamente (y no es la primera vez que pasa esto en el libro). Las veces en las cuales esta escena se repite a lo largo de los cinco volúmenes se hacen incontables. Y siempre tienen el mismo final, la chica, que se encuentra dominada, no es capaz de defenderse ante esta violación de sus derechos.

_Sólo digo que el hecho de que discutamos no significa que no debamos estar juntos. Todo el mundo se pelea. Sonríe. Lo que pasa es que nosotros reñimos más que el resto de la gente. Tú y yo somos muy diferentes, así que tenemos que aprender a entender al otro. Será más fácil con el tiempo _ me asegura.

Aquí tenemos un claro ejemplo de como Hardin intenta convencer a Tessa de que se quede junto a él normalizando el círculo vicioso y tóxico en el que ambos se encuentran enredados. Asegurándole, incluso, que con el tiempo será mucho más llevadero.



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